viernes, 10 de junio de 2011

Hijos de la revolución.

Somos hijos de la revolución.
No de una buena, solo una revolución, sin calificativos.
No podemos concebir nada más allá de lo que nos han dado por la televisión.
Y ahora, por fin ahora, estamos haciendo algo. No sé si bueno o malo, pero se está intentando, pese a la manipulación tanto interna como externa.
Había un juego de rol, 'Paranoia', en que por un fallo en la base de datos, el ordenador central del sector Alpha(sobre...San Francisco) cree que le atacan los comunistas..y..bueno, el ordenador acaba tomando como enemigos a los comunistas(inexistentes en el universo del juego).
El caso es que la gente oprimida por el Ordenador, asocia "coño, si el ordenador ataca a los comunistas, y el ordenador es malo...los comunistas son buenos". En este caso los comunistas son entrañables ciudadanos que no entienden una mierda, pero reparten antiguos panfletos de archivo.

Más o menos pasa algo así. Creo que somos gente muy ...idealista..inocente...y no tenemos ni idea de todo lo que había.

Nos han borrado la memoria. Tenemos una falsa visión del mundo. Un mundo bipartidista en que se vota al mismo perro con distinto collar.
Un mundo en que aceptamos el imperialismo de potencias extranjeras.
Un mundo en que hemos olvidado todo lo pasado y posible. Cualquier otra forma de gobierno es dañina y asesina?
Tenemos asociado que los ricos tienen que existir, que no puede no existir.
Y cuando digo ricos me refiero a oligarquía, a dueños de bancos.
Tenemos asociado que la gente es buena. QUe la gente no es corrupta.
Hacemos ojos ciegos a las drogas que inyectan los paises imperialistas para acallar cualquier clase de reacción. La religión es el opio del pueblo? No, lo es la heroína, los porros y el botellón.
Creemos que las cosas siempre han sido así. Creemos que no hubo cine de calidad. Bergman?? Ese quién es??
La literatura igual. Solo leemos crepúsculo y vemos X-men.
Internet nació con las redes sociales. Y el parchís salió primero en Flash.

Que no. Mirad hacia detrás, quizás vosotros recordéis algo. Pero la gran mayoría no. Los recuerdos son el gen recesivo. La idiocia es el dominante.
No es una defensa de lo tradicional ni nada de eso. Solo es un lamento sobre nuestro progreso. Sin historia, sin saber las causas y los orígenes, cómo vamos nosotros a determinar nuestro futuro.

Nadie recuerda para qué se inventaron los bancos, y ahora creemos que hay que rescatarlos más que a las personas.
Ahí lo dejo.